sábado, 8 de agosto de 2015

Maternidad adolescente como proyecto de vida: una reflexión desde la educación social


Hace tiempo que tengo en el tintero profundizar en uno de los temas que, a lo largo de mi experiencia en educación social, ha persistido y a la vez se ha presentado con características que invitan a pensar: la maternidad adolescente en contextos de vulnerabilidad.

¿Por qué la maternidad persiste como opción?

No podemos desconocer que este fenómeno se presenta desproporcionadamente en los sectores más vulnerables. Situaciones como el abuso intrafamiliar, la violencia de género o la desprotección institucional lamentablemente están presentes en muchas de estas trayectorias.

Pero quiero centrarme en algo que me interpela especialmente: esos casos en los que, a pesar de la vulnerabilidad, la maternidad aparece como un proyecto de vida. Como una forma de realización personal, de afirmación de identidad, de construir algo propio.

No romantizar, sí problematizar

No se trata de idealizar ni romantizar esta situación, sino de problematizarla. Porque aunque hoy existe mayor acceso a programas socioeducativos y de salud, una oferta educativa más amplia, e incluso más información y educación sexual, la maternidad temprana sigue siendo elegida (consciente o inconscientemente) por muchas adolescentes.

¿Por qué sucede esto, aún con todos esos recursos disponibles?

Cuando el deseo de ser madre aparece tempranamente

En el trabajo cotidiano con adolescentes mujeres, sobre todo en contextos vulnerables, una se encuentra con ese deseo que aparece en forma temprana. A veces se expresa a traves de falsas alarmas de embarazo, que pronto se transforman en una realidad concreta. Entonces, nos preguntamos: ¿qué está pasando?

Las explicaciones habituales suelen centrarse en el inicio precoz de las relaciones sexuales, el uso inadecuado de métodos anticonceptivos, la falta de referentes adultos consistentes, la baja autoestima o la idealización del rol materno. Y todas estas causas tienen parte de razón.

Pero también hay que mirar más hondo. ¿Qué persiste en las historias familiares y personales de estas adolescentes? ¿Qué se entrelaza en sus vínculos, sus barrios, sus comunidades?

Reconocimiento, afecto y sentido de pertenencia

Muchas veces hay una figura materna que también fue madre joven. Muchas veces, hay una forma de reconocimiento social en torno al ejercicio del rol. Muchas veces, persiste el  anhelo profundo de afecto y de tener algo propio.

Y así, la maternidad aparece como una opción accesible, concreta, cercana. Algo que puede dar sentido y seguridad frente a otros proyectos (educativos, laborales, personales) que se perciben como inciertos o inalcanzables.

Entre el deseo y los mandatos

Quienes compartimos espacios educativos con adolescentes mujeres en situación de vulnerabilidad, sabemos cuán difícil es sostener su participación en propuestas formativas. Porque cuando hay que elegir, las tareas de cuidado, la crianza de hermanos, las responsabilidades domésticas o el cuidado de otros familiares casi siempre pesan más que su propio proceso educativo.

Y esa desvalorización suele repetirse también en vínculos afectivos marcados por el control, los celos posesivos y la violencia. A veces, el embarazo es incluso parte de ese control: una forma de retención, una estrategia inconsciente para perpetuar vínculos tóxicos.

La maternidad como atajo al mundo adulto

Los mandatos culturales siguen posicionando a la maternidad como la forma legítima de ser mujer, especialmente en ciertos contextos. Se convierte en una vía de acceso al mundo adulto, una forma de validarse, de sentirse útil, de "ser alguien".

Pero también —y lamentablemente— es un atajo que muchas veces trunca proyectos de vida adolescentes que podrían haberse desarrollado con todo su potencial.

Sin duda, este es un tema amplio y complejo, que merece seguir siendo pensado y repensado. Comprender estos procesos implica no solo mirar las estadísticas o los discursos generalizados, sino detenernos a escuchar las historias concretas, singulares, humanas. Porque cada maternidad adolescente nos habla de búsquedas, de carencias, de deseos… y también de la urgencia de generar alternativas reales que amplíen el horizonte de posibilidades.


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